
_LA CONFESIÒN FINAL.
los años pasaron, mi querido manuel valadares. hoy tengo cuarenta y ocho años y, a veces, en mi nostalgia, siento la impresiòn de que continùo siendo una criatura. que en cualquier momento vas a aparecer trayèndome fotos de artistas de cine o màs bolitas. tù fuiste quien me enseñò la ternura de la vida, mi portuga querido. hoy soy yo el que tiene que distribuir las bolitas y las figuritas, porque la vida sin ternura no vale gran cosa. a veces soy feliz en mi ternura, a veces me engaño, lo que es màs comùn.
en aquel tiempo... en el tiempo de nuestro tiempo, no sabìa que muchos años antes un prìncipe idiota, arrodillado frente a un altar, preguntaba a los iconos, con los ojos llenos de làgrimas: "¿por què les cuentan cosas a las criaturas?".
y la verdad es, mi querido portuga, que a mì me contaron las cosas demasiado pronto.
¡adiòs!.
ubatuba, 1967.

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